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Noticias 2015-06-05 15:49

Rinden homenaje al Centauro del Norte a 137 años de su natalicio

Rinden homenaje al Centauro del Norte a 137 años de su natalicio

La mañana de este viernes 5 de Junio, autoridades y familiares del General Francisco Villa realizaron una ceremonia cívica al pie del monumento ecuestre ubicado en el Parque de los Venados



Destaca Agustín Villa, nieto del revolucionario, su ética de hombre de campo: no traicionar, no robar al pobre, respetar a la mujer, a los maestros y proteger a los niños

La Secretaría de Cultura, autoridades de la Delegación Benito Juárez y familiares del General Francisco Villa, realizaron esta mañana una ceremonia cívica para conmemorar el 137 aniversario del natalicio de uno de los principales caudillos revolucionarios.

Al pie de su estatua ecuestre, ubicada en el conocido Parque de los Venados, que oficialmente se llama Parque Francisco Villa, familiares y autoridades recordaron el legado y la importancia de Villa para la caída del Porfiriato, y destacaron su ética y su espíritu democrático.

“¿Quiénes son los enemigos? Definitivamente los que están del lado del dinero. ¿Quiénes son sus compañeros? Algunos de ellos van a ser después generales de la revolución, como el General Tomás Urbina, el indígena yaqui Gregorio Beltrán, Trinidad Rodríguez y Nicolás Fernández, entre otros, delincuentes que huyen por haber tocado los intereses de los hacendados”, expresó Agustín Villa Córdova, nieto del general.

Nacido el 5 de Junio de 1878 en Río Grande, Durango, y bajo el nombre real de Doroteo Arango Arámbula, su destino libertador comenzó a tejerse en 1894, cuando uno de los hijos de la familia López Negrete intentó raptar a su hermana Martina.

Para impedirlo, Doroteo tuvo que dispararle y huir a la sierra, tras lo cual comenzó a utilizar el pseudónimo de Pancho Villa, en memoria de su abuelo Jesús Villa.

Agustín Villa agradeció a la Secretaría de Cultura la ceremonia y compartió con el público y las autoridades presentes la ética del Centauro del Norte.

“Su ética, muy sencilla como hombre de campo: no traicionar, no robar al pobre, respetar a la mujer, no respetar a los ricos ni a los curas, sí el respeto a los maestros y proteger a los niños.

“Francisco Villa fue un hombre justo, amable, enamorado, un líder consecuente con la pobreza y con todo un acervo de aliados como los grupos religiosos enclavados en la sierra de Chihuahua y Durango, los mormones, los menonitas y todos los grupos indígenas, de quienes aprendió cómo moverse en la sierra y cómo dirigir su caballo”, describió el nieto del Centauro del Norte.

Al término de su participación, el grupo musical Los Alzados interpretó la pieza titulada Atotonilco.

A continuación Ramón Lepez Vela, director de Cultura Cívica de la Secretaría de Cultura, resaltó el espíritu democrático de Pancho Villa, quien junto con el General Emiliano Zapata encabezara el movimiento campesino en la lucha revolucionaria.

El también conocido como El brazo armado de la Revolución, Francisco Villa, dejó las armas para dedicarse a la ganadería tras la toma de Ciudad Juárez, en mayo de 1911, lo que produjo la renuncia de Porfirio Díaz, pero a petición del Presidente Francisco I. Madero, conformó un numeroso y famoso ejército: La División del Norte, con quien tomó Torreón, Chihuahua, Ciudad Juárez y Tierra Blanca.

“Si hay que hablar de lealtad en la historia de México, es necesario hablar del General Francisco Villa, quien siempre creyó en la importancia de la democracia y el gobierno civil; ése fue el origen del rompimiento con la transición de Venustiano Carranza en la Convención de Aguascalientes, ante la oposición de Villa, quien se negaba a que ningún jefe militar de la revolución fuera el nuevo presidente, incluyéndose él mismo”, destacó Lepez Vela.

Francisco Villa fue asesinado en una emboscada en Parral, Chihuahua, el 20 de Julio de 1923, lugar donde sus restos permanecieron hasta 1976, año en que fueron trasladados al Monumento a la Revolución Mexicana.

Luego se depositó una ofrenda floral y se montó una guardia de honor al pie de la estatua que lleva su nombre, obra de Julián Martínez Sotos, que fue desplazada de la Glorieta Riviera para radicar finalmente en el que comúnmente se conoce como Parque de los Venados.

Al término del protocolo cívico, la Banda de Música de la Secretaría de Cultura y el Coro de la Ciudad de México, bajo la dirección de los maestros Hermenegildo Espinosa y Aquiles Morales, interpretaron el Himno Nacional.

Al acto asistió Ricardo Amezcua Galán, jefe delegacional de la Benito Juárez; Felipe Ávila Espinosa, Director General Adjunto del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, así como Bertha María Bilbao González, representante del Gobierno de Chihuahua en el Distrito Federal, y Fabiola Rivas Bermúdez, representante del Gobierno de Durango.

Otros familiares presentes fueron Francisco Antonio Villa Murillo y Martín Villa, bisnietos del General Francisco Villa. También familiares del General Emiliano Zapata y jóvenes estudiantes de la Escuela Secundaria Diurna 209, General Francisco Villa.

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