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Museos 2017-11-24 21:28

Ana Fuentes

Ana Fuentes

expone

“Dolor Exquisito”

En Galería Estación Coyoacán Arte Contemporáneo

La exposición Dolor exquisito de Ana Fuentes compuesta por 15 pinturas en las que nuevamente la pintora vuelve sobre sus imágenes de niñas aparentemente inocentes que quieren aprender a levitar, y tienen como piedra angular el significado del dolor y las posibilidades que ofrece el trabajo plástico para sublimar una condición como del dolor y pérdida, no solo del otro sino de uno mismo.

“Encontrar movimiento dentro de una sensación de parálisis, un solo elemento poético en el lienzo y la conexión se reestablece aún cuando el adormecimiento parece que será eterno”, dice Fuentes al hablar de lo que veremos a partir de este sábado 25 de noviembre en la Galería Estación Coyoacán Arte Contemporáneo (Ortega 23, esquina Carrillo Puerto. 04100 Coyoacán, Ciudad de México). La muestra será inaugurada las 12:00 horas.

Los temas de estas pinturas son la búsqueda de sentido: la niña valiente sobre la cuerda floja, la niña que quiere aprender a levitar, la niña inventando un mundo de amigos imaginarios, aparentemente inocentes, con una paleta en su mayor parte dulce, que ayuda a crear una tensión dramática porque la narrativa del cuadro no explica el final de la historia: “Pinto un momento congelado donde hubo una acción anterior y habrá una posterior que no está explícita”, apunta Fuentes.

El título de la exposición le fue inspirado a partir de la relación que encontró de su trabajo reciente la obra de dos artistas: la francesa Sophie Calle y polaco Czeslaw Milosz. “Creo que mis pinturas son un oximoron, como el título que Sophie Calle utilizó para una exposición donde relata los días anteriores a una ruptura. Ésta muestra no tiene esa connotación, el primer título que pensé para esta exposición fue “Pinturas de un tiempo Congelado”, pensando en “Poems of a frozen time” del poeta polaco Czeslaw Milosz, pero la traducción al español no me gustó fonéticamente. Dolor exquisito me pareció más y bello porque la serie de pinturas que muestro fueron creadas tomando como piedra angular para el significado del dolor y las posibilidades que ofrece el trabajo plástico de sublimar una condición como la pérdida del otro e incluso de uno mismo”.

“El arte alimenta al arte, claro, como decía Oneti, para escribir bien no sirve leer o caminar, hacer el amor, tomar alcohol, sirve escribir y sucede también con la pintura, cuando pintas más te adentras más a ese mundo que estás creando y se bifurcan los caminos, la conciencia se expande a nuevas dimensiones y como en efecto espejo lo que sucede adentro se refleja afuera y viceversa. El tan mentado dialogo es real y puede fortalecerse y hacerse más profundo mientras más estás sentado frente al cuadro”, cuenta para hablar de Dolor exquisito.

Sin embargo reconoce que no es el dolor lo que ayuda a la creación, sino el estar atento a la vida y las emociones, ser honesto y congruente para crear: “Si hay soledad o dolor entonces es en ese estado en el que se crea y posiblemente el resultado sea más oscuro, no podemos escapar de ser quienes somos y eso es de lo más valioso en el arte, la propuesta auténtica pinta al ser humano real y no a esta parodia moderna de felicidad permanente que no es verdadera”, concluye.

El poeta Ernesto Lumbreras ha escrito así de la obra de Fuentes: “Desde los lienzos de Ana Fuentes somos vistos, interrogados y, a veces, humillados. Bajo una ilusión óptica las niñas de sus cuadros son realmente los espectadores que observan, sin concesión alguna, nuestras miserias y alegrías (…) de diversas maneras, la presencia imperturbable de las niñas adolescentes trastoca la quietud en una suerte de máquina del tiempo y nos consagra en el ––a veces–– indeseable encuentro de nosotros mismos. En otros momentos, sus rostros infantiles nos colocan en un estado de total vulnerabilidad; las niñas de Ana, por ejemplo, son poseedoras de un misterio o de un saber inaccesible que, evidentemente, no compartirán con el común de los mortales (…) los mortales estamos a la deriva esperando que termine la noche o que comience el fin del mundo”.

Ana Fuentes, nació en Chicago (Estados Unidos), de padre mexicano, y madre lituana-alemana, a la edad de un año llegó a vivir a Coahuila, y su residencia ha transcurrido entre México y diversas ciudades de Estados Unidos. Descendientes de Moctezuma Xocoyotzin, en la línea de su hijaTecuichpo, y Pedro Gallego de Andrada su cuarto esposo; Ana María Mercedes Fuentes Whitty es una de las 13° bisnietas, de la única hija legitima que reconoció el gobernante de la ciudad Tenochtitlan.

Su formación artística se debe a estudios y talleres en diversas universidades, instituciones y maestros. Estudió Arte y Literatura en la Universidad de Carolina del Este (Estados Unidos); también en la Escuela de arte del Art Institute of Chicago; en la Escuela de arte del Museo de Arte Laguna Gloria en Austin, Texas. Ha tomado talleres con Gilberto Aceves Navarro, Arturo Rivera, Phillip Wade, entre otros. Fue docente de la Casa de Cultura del INBA, y el ICOCULT, ambos en Torreón Coahuila. Ha expuesto su obra en México, Estados Unidos, España, Bélgica y Irlanda.

La exposición Dolor exquisito de Ana Fuentes se inaugura este sábado 25 de noviembre de 2017 a las 12 horas en La Galería Estación Coyoacán Arte Contemporáneo (Ortega 23, esquina Carrillo Puerto. 04100 Coyoacán, Ciudad de México) La entrada es libre.

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