Estrenaron canciones de Naranjo, Paraskevaídis, Zea e Iturralde



La música nueva y experimental del ensamble Liminar llegó al Palacio de Bellas Artes



· La agrupación independiente interpretó seis canciones en el XXXIX Foro Internacional de Música Nueva Manuel Enríquez



Atmósferas sonoras que evocaron momentos de suspenso, terror, silencio, caídas violentas, el paso el tiempo, momentos de reflexión y viajes a diversos lugares, fue lo que el público escuchó la noche de este viernes 13 de octubre, en el concierto que ofreció el ensamble independiente de música contemporánea Liminar.



El grupo radicado en la Ciudad de México se presentó en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes como parte del programa del XXXIX Foro Internacional de Música Nueva Manuel Enríquez, principal escaparate para la música de concierto de reciente creación en México e Iberoamérica.



La agrupación interpretó seis canciones que fusionaron música nueva, experimental y arte sonoro, creadas por compositores de Argentina, Colombia y México.



En estas canciones flautas, oboe, clarinetes, percusiones, guitarras, arpas, piano, violín, viola, violonchelo y contrabajo se mezclaron y dieron vida a canciones extraordinarias, rítmicas, poderosas y únicas.



El concierto inició con la melodía La cabeza de Iván Naranjo (la cual tuvo su estreno en México) una pieza que sumergió al público a un mundo de confusión, levitación y lleno de atmósferas sonoras de suspenso, terror e incertidumbre.



A esta obra siguió Confabulación de Manuel Torres Arias, una pieza metafórica en donde flauta, clarinete bajo y trío de cuerdas entablaban una conversación penetrante en la que por momentos se lograba la concordia y en otros había una interacción más intensa entre ellos.



Después se escuchó Libres en el sonido, presos en el sonido de Graciela Paraskevaídis (que también se estrenó en México) una canción rítmica que remitía al paso del tiempo, a veces rápido y otras muy lento.



La sorpresa del concierto fue la canción The Darkness is Falling de Michael Pisaro, una canción emotiva y reflexiva que invitó a cerrar los ojos y dejarse llevar por los sonidos.



El concierto incluyó el estreno de dos obras espectaculares: Henry in the Sky with Diamonds de Daniel Zea y Cupid´ Deeds-Outermost de Carlos Iturralde.



La primera fue una canción llena de juegos de ritmos y sonidos de los instrumentos en donde las cuerdas tuvieron un papel sobresaliente ya que remitían a atmósferas sonoras espirituales, solemnes y llenas de adrenalina.



Mientras que la obra de Iturralde trató de responder sonoramente la pregunta: ¿Qué pasaría si cupido se disparase a sí mismo?...la respuesta fueron momentos de suspenso, caídas violentas, caos y recorridos por viajes a lugares extraños y desconocidos.



LCL