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Noticias 2017-08-21 16:00

El INBA rendirá un homenaje a Felipe Ehrenberg el jueves 24 de agosto a las 19:00



El INBA rendirá un homenaje a Felipe Ehrenberg

el jueves 24 de agosto a las 19:00

en el Museo de Arte Carrillo Gil



· Participarán Santiago Espinosa de los Monteros, Néstor García Canclini y Vania Macías


El Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) rendirá un homenaje póstumo al artista visual Felipe Ehrenberg, fallecido el pasado 15 de mayo en Cuernavaca, Morelos.



El acto, organizado por la Coordinación Nacional de Artes Visuales del INBA, se llevará a cabo el jueves 24 de agosto a las 19:00 en el Museo de Arte Carrillo Gil, recinto que cuenta con tres obras del artista en su amplia colección permanente. Participarán el crítico de arte Santiago Espinosa de los Monteros, el antropólogo Néstor García Canclini y la historiadora del arte Vania Macías, quienes hablarán de la vida y obra del también editor, ensayista, profesor y activista originario de la Ciudad de México.



Este homenaje, expresó Santiago Espinosa de los Monteros, amigo y colega de muchos años de Ehrenberg, se realizará “para tratar de que no se siga yendo el maestro, ya que se ha ido físicamente. Es un homenaje al amigo, al personaje, pero también al eterno propositor de cosas”.

Ehrenberg, consideró el crítico de arte, era un hombre incansable, de una vitalidad enorme y una fuerza tremenda para realizar muchos proyectos. “Revolucionó no solo las artes gráficas y la aproximación a los diferentes medios, sino también las posiciones reflexivas de otros artistas. Siempre empujó a otros a ser mucho más críticos y reflexivos en temas sociales. Fue claro en ese sentido”.



Resaltó que Ehrenberg fue un innovador desde la gráfica, la pintura, el performance y, principalmente, el pensamiento, “porque la suya no era solamente una postura de dientes para afuera, sino que él mismo la ejercía. Era una persona que no arengaba a hacer algo que él no hubiera hecho ya. Siento que desde ese punto de vista la trayectoria de Felipe es fundamental: es la de un hombre que sentó bases para muchas próximas generaciones de artistas”.



Espinosa de los Monteros añadió que la tarea de quienes admiran la obra de Ehrenberg es precisamente “seguir investigándola y sorprendiéndonos con mucho de lo que hizo y no nos enteramos; seguir revisando su trabajo no solo para entenderlo a él, sino además para darnos cuenta de que todo lo que está sucediendo en las artes ahora quizá sería distinto sin sus aportes”.



Adelantó que en el homenaje póstumo que se le rendirá a Ehrenberg en el Museo de Arte Carrillo Gil, los participantes hablarán del hombre y del artista, del innovador que fue, cada quien desde sus perspectivas y especialidades.



Sin embargo, agregó, el común denominador de esta charla será “el enorme cariño que se le tiene, porque era un tipo que se hacía querer fácilmente con esa gran sabiduría, sus ideas muy claras y su gran generosidad para con los demás”.



Por otro lado, opinó, la obra de Ehrenberg siempre ha sido valorada. No obstante, indicó, “me parece que ha estado mal leída, pues se trata de un productor de arte incansable que hacía tantas cosas a la vez y se le podría ver como alguien que trabajaba y nada más, pero cuya obra no ha sido estudiada en su justa importancia, pues él la hacía cotidianamente”.



Será interesante “escuchar las diferentes voces en el homenaje, pero campeará el enorme cariño de la comunidad artística por él, lo que quizá ayude a mitigar el dolor tan grande de que ya no esté con nosotros haciéndonos observaciones y, quizá, regañándonos, porque siempre tenía algo para hacerlo, al menos conmigo, que convivimos y compartimos por muchos años”, concluyó.



Durante cerca de 60 años, Felipe Ehrenberg desarrolló una intensa carrera multidisciplinaria en la que hizo converger dibujo, pintura, escultura, neográfica, diseño gráfico, tercera dimensión, instalación, poesía sonora, arte objeto, fotografía, performance y nuevas tecnologías.



El escritor Fernando del Paso lo definió como neólogo para recalcar su carácter multidisciplinario e innovador dentro del arte. Dicho término fue acreditado en 1986 por la Universidad de Puerto Rico.



Desde temprana edad se formó artísticamente bajo la guía de maestros como Mathias Goeritz, Feliciano Béjar y José Chávez Morado. En seis décadas de trabajo, a partir de los años sesenta, participó en más de cien exposiciones individuales y en cerca de 200 colectivas.

De 1968 a 1974 vivió en Inglaterra, donde fundó una editorial para promover a los artistas autogestivos, muchos de ellos conectados con el movimiento Fluxus. De regresó a México vivió en Veracruz y luego volvió a la capital de la República, desde donde desarrolló la mayor parte de su carrera. Incursionó, asimismo, en la actuación, la docencia y la promoción cultural, siempre con un gran afán libertario.



A raíz del terremoto de 1985 en la Ciudad de México, se enfocó en la reconstrucción de la zona de Tepito y trabajó muy de cerca con el colectivo Tepito Arte Acá. Por su labor se le concedió la medalla Roque Dalton del Consejo de Cooperación con la Cultura y la Ciencia de El Salvador en 1987.



Otros de los reconocimientos que recibió son: la beca de la Fundación Fulbright (1991), una residencia artística en Nexus Press, en Atlanta (1990), la beca Guggenheim (1976), el Premio Perpetua (Inglaterra, 1974) y el Premio Femirama (Argentina, 1968).



En 2008 presentó la muestra Manchuria–visión periférica, primera retrospectiva de su obra en el Museo de Arte Moderno, la cual fue exhibida después en Los Ángeles y São Paulo.

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