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Libros 2015-05-22 13:11

Jorge F. Hernandez y Abraham Cruzvillegas

Jorge F. Hernández y Abraham Cruzvillegas compartirán sus experiencias creativas ante nuevos fenómenos narrativos





Ø El martes 26 de mayo a las 19:00 horas en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia



Ø Dentro del ciclo Lenguajes en diálogo: literatura y otros medios





El escritor Jorge F. Hernández dialogará con el artista conceptual Abraham Cruzvillegas en la mesa Residual: letras desde lo que queda, la cual será moderada por Rocío Cerón. Esta nueva sesión del ciclo Lenguajes en diálogo: literatura y otros medios tendrá lugar el martes 26 de mayo a las 19:00 horas en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia.



Lenguajes en diálogo: literatura y otros medios es un espacio para que los artistas compartan sus experiencias al recrear su realidad a través de los nuevos fenómenos de fondo y contenido en las narrativas artísticas. En Residual: letras desde lo que queda ambos creadores conversarán sobre su obra y la forma en la cual las construyeron desde los residuos o fragmentos, algunos destinados a ser desechados.



Jorge F. Hernández compartió en entrevista con la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) su experiencia en la escritura y la edición de su libro Solsticio de infarto (2015), antología de columnas que se publicaron en la versión impresa de Milenio durante 15 años, cuya narrativa está constituida por textos e imágenes que él mismo escribió y dibujó a mano, y que el diseñador Alejandro Magallanes digitalizó e incluyó en el volumen.





“La mayoría de las columnas las escribo a mano en un cuaderno y hago dibujos. Una vez que está escrita a mano la columna, entonces pasa a una versión en una computadora, donde ya es posible corregir y medir. A mi parecer, algunas de estas columnas no merecían convertirse en papel amarillo de hemeroteca, sino que había que buscar la manera de que quedaran como libro. Por ejemplo, las columnas que escribí para despedirme de Eliseo Alberto Lichi”, explicó el autor de la novela Réquiem para un Ángel (2009).



Para Jorge F. Hernández, las nuevas plataformas, como los libros electrónicos y las redes sociales, son bienvenidas, pues la interacción con el público complementa a la literatura. “Lo que a mí me interesa es la lectura, la experiencia que uno digiere al hablar en silencio con un autor que está del otro lado de la página. De un tiempo a la fecha he hecho público en Instagram, Facebook y Twitter lo que dibujo. A veces sin palabras permite una emoción o una opinión, o una ocurrencia, de manera que, creo, esto está avanzando a páginas agigantadas”, resaltó.



“Ya tengo cinco libros digitalizados que se leen en tabletas. La experiencia para el lector es diferente. Es decir, quien lea mi novela La Emperatriz de Lavapiés (1998), pues va a tener en sus manos un vehículo para viajar a Madrid y al pretérito. Yo sé que uso algunas palabras que luego no se entienden y, en versión de papel, pues tienes que dejar el libro y preguntarle a un sabio o buscar un diccionario. Eso te lo resuelve la tableta: en el momento en que tú presionas una palabra, pues ya tienes a la mano el diccionario que te dice qué significa la palabra jitanjáfora, por ejemplo”, sostuvo el entrevistado.



Jorge F. Hernández comentó que si estas nuevas plataformas y aplicaciones hubieran existido antes, las obras de autores como Tostói, Faulkner, Kafka o Salvador Elizondo se hubieran multiplicado. “Kafka dibujaba para huir del ruido y concentrarse en lo que se le ocurría escribir. Imagínate lo que hubiera sido de la literatura si Kafka hubiera tenido la oportunidad de, por medio de una aplicación en su teléfono, animar esos palitos, porque son muñecos como de palo. No estoy seguro si hubiera creado una obra maestra. Lo que sí estoy seguro es que le hubiera divertido mucho, porque esto lo hacemos también para divertirnos, para pasarla bien e intentar ser mejores personas.



“En el caso de la caligrafía de Salvador, no solamente era porque en sus diarios incluía acuarelas, algunas de ellas bellísimas, sino también porque la propia letra, la taquicardia con la que escribía, producía una letra visualmente hipnótica. En mi página web tengo una carta que me mandó Salvador, porque le encantó un cuento mío. Hay personas que no pueden leer la letra, pero si tú ves la carta parece una carta escrita por un mago del encantamiento, parece una mandala”, señaló el escritor.



Finalmente, Jorge F. Hernández se congratuló de poder alternar en la mesa de diálogo Residual: letras desde lo que queda con Abraham Cruzvillegas (Ciudad de México, 1968), cuya obra se ha exhibido en importantes recintos internacionales, como el Museo de Arte Moderno de Nueva York o la galería británica Tate Modern. Las esculturas de Cruzvillegas se caracterizan por estar realizadas con materiales reutilizables, entre los que destacan algunos desechos: botellas, trozos de madera o muebles viejos.

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