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Noticias 2017-07-05 18:43

Familiares, amigos y admiradores de José Luis Cuevas opinan sobre la vida y la obra del artista plástico

Familiares, amigos y admiradores de José Luis Cuevas

opinan sobre la vida y la obra del artista plástico


· Cambió la manera de ver el arte en México, coinciden

Tras el fallecimiento del artista plástico José Luis Cuevas el Instituto Nacional de Bellas Artes recuerda una entrevista que otorgara a la institución a principios de 2016 en la que el maestro afirmó: “Nunca pensé llegar a una edad tan avanzada. Pero también llego a más de 70 años de estar activo y trabajando sin parar: el pulso lo tengo firme y mi línea de dibujante sigue siendo perfecta.



“Cuando se llegan a cumplir tantos años es como si se tuviera una enfermedad incurable, porque la perspectiva de morir en cualquier momento aparece.



“Para el futuro inmediato no soy muy optimista porque, ya lo dije, más que proyectos de vida lo que quiero es que hasta el último momento de mi existencia no haya perdido mi vocación por el arte. Como dicen los actores que quisieran morir en el escenario, yo diría que lo que deseo es trabajar hasta el último momento de mi vida.



“¿Cuál será mi último dibujo? Es algo que me pregunto con frecuencia... Cuando llegue el final quiero ser mi última obra, y hacerla sin poner fecha, porque será la última por lo que viene después, que es el silencio”.



El 3 de julio, al conocer de la muerte del creador, en su cuenta de Twitter, la directora general del INBA, Lidia Camacho, expresó: “Con gran pena despido a nuestro José Luis Cuevas. Recordaré siempre su fresca creatividad que tan honda huella deja en el arte contemporáneo”.



Posteriormente, durante el homenaje que se le rindió a José Luis Cuevas en el vestíbulo del Palacio de Bellas Artes, un día después de su muerte, fueron muchas las reflexiones en torno a su vida y su obra.



Fernando González Gortázar refirió que “la obra de Cuevas es uno de los puntos culminantes del arte mexicano de todos los tiempos. Destruyó para siempre el absurdo de creer que un dibujo o un grabado son intrínsecamente inferiores a un cuadro o a un mural. Hay en su trabajo un poderío, una fuerza, una originalidad, una libertad y, por encima de todo, un talento que fueron para nosotros una bocanada de aire fresco.



“Pero también existe el Cuevas-personaje público que fue tan importante. De él solo voy a decir las palabras con las que Juan García Ponce inicia el prólogo de Cuevas por Cuevas, la autobiografía que escribió en 1965, cuando ya éramos viejos amigos: ‘Todo verdadero artista crea sus propios mitos’, dijo el querido Juan, y tuvo razón. La creación de su personaje fue una faceta más de su imaginación: un verdadero y sostenido acto creativo”, agregó el arquitecto y escultor.



A decir de Juan Villoro, “José Luis Cuevas fue una de las figuras protagónicas de la pintura y del dibujo mexicano del siglo XX. Se refirió a la cultura del nopal que encerraba a México y lo volvía muy provinciano, y trató de romperla, tanto en sus escritos provocadores, a veces picarescos, como en su muy prolífica actividad como dibujante.

“Construyó un personaje para sí mismo, coqueteó con la posibilidad de ser un diputado independiente y fue una figura que supo construirse a sí mismo con enorme valentía. Su hueco será muy difícil de llenar”, expresó el escritor.



En su oportunidad, Magdalena Zavala, coordinadora nacional de Artes Visuales del INBA, señaló que “José Luis Cuevas fue una de las figuras más paradigmáticas del siglo XX y cambió la manera de ver el arte y a los artistas, de hablar sobre su trabajo creativo. Nadie podremos olvidar su manifiesto de La cortina de nopal ni hablar de él más que de cosas maravillosas cuando hacía sus actividades efímeras, cuando contaba sus relatos fantásticos en el Cuevario. Yo creo que lo que él quería era que la gente lo recordara a través de su museo”.



El fotógrafo Rogelio Cuéllar, quien cultivó una gran amistad con Cuevas a través de su trabajo, dijo que “no solo fue uno de los grandes artistas, sino también uno de los grandes personajes del siglo pasado, que creaba polémica discutiendo con los muralistas”.



Ximena, una de las tres hijas del pintor y dibujante, sostuvo: “José Luis Cuevas. ¿Qué hago con él? Nunca estoy lejos de él porque es mi sangre, mi piel, mi seudónimo, mi sentido de creatividad, mi padre.



“Ahora sigue acordarnos de él y poner en un lugar divino su legado increíble como artista. Nos gustaría a María José –también hija del creador– y a mí hacer un documental que recupere toda la fuerza y belleza de lo que fue José Luis Cuevas como el gran artista, la gran persona. Los que tuvieron la suerte de estar cerca de él saben que fue un gran narrador, un imitador, gran histrión, gran conquistador, charlista maravilloso.



“Los domingos, la casa era abierta. Él recibía acostado en su cama, con su bata, a todo el que quisiera ir a platicar con él. Era una cosa súper lindísima. A ver quién me quita lo Cuevas”, afirmó Ximena.



José Luis Cuevas Novelo nació el 26 de febrero de 1931 en la Ciudad de México, en los altos de la fábrica de lápices y papeles El Lápiz del Águila, administrada por su abuelo paterno, Adalberto Cuevas.



Desde su infancia, José Luis Cuevas mostraba ya su vocación artística al dibujar y autorretratarse de manera autodidacta. A los nueve años de edad ganó el segundo lugar en el Concurso Nacional de Dibujo Infantil organizado por la Secretaría de Educación Pública con su primer autorretrato, donde se representó como un Niño obrero.



A partir de la década de los años cincuenta, su obra comenzó a ser adquirida por museos y coleccionistas privados. El Museo de Arte Moderno de Nueva York fue el primero en adquirir algunas de sus piezas.



En 1953 realizó su primera exposición individual, en la Galería Prisse. La escritora Margarita Nelken hizo una elogiosa crítica de la muestra en el diario Excélsior. El coleccionista Alvar Carrillo Gil le compró la serie La Casa Rosa. Junto a artistas como Alberto Gironella, Rufino Tamayo, Mathias Goeritz, Carlos Orozco Romero y Pedro Coronel, participó en el Primer Salón Independiente, en 1955. En 1959 participó en la V Bienal de Sao Paulo, en la que obtuvo el Primer Premio Internacional de Dibujo con piezas de las series La pintora, Las modelos y Funerales de un dictador.



En 1967 realizó una acción artística que derivó en un parteaguas en el arte mexicano: su célebre Mural efímero, con el que expresó su rompimiento con la llamada Escuela Mexicana de Pintura de nuestro país, al igual que con su manifiesto La cortina de nopal, considerado como pilar de la llamada Generación de la Ruptura.



Recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 1981, en la categoría de Bellas Artes. En marzo de 1982, más de 20 galerías de las ciudades de Barcelona, París, Lima, San Diego, Miami, Washington D. C. y México expusieron la obra de Cuevas en el evento llamado Marzo, mes de José Luis Cuevas: Presencia del artista en México y el extranjero.



Entre 1985 y 2012 publicó Cuevario, columna semanal, autobiográfica y de crítica de arte, en Excélsior y El Universal.



En 1991 creó La Giganta, escultura colosal fundida en bronce que representa la dualidad, a partir de un boceto realizado en 1978. En 1992 abrió sus puertas el museo que lleva su nombre, ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Desde esta fecha, el maestro Cuevas donó al INBA, junto con Bertha Cuevas –su primera esposa–, su colección de arte, integrada por más de dos mil obras que representan a más de 241 creadores, y en la cual sobresalen de manera significativa artistas latinoamericanos.



En 2003, el INBA le otorgó la Medalla Bellas Artes. Cinco años después presentó su gran exposición retrospectiva en el Museo del Palacio de Bellas Artes, titulada Retrospectiva de José Luis Cuevas y curada por Teresa del Conde y Luis Rius. Asimismo, el Museo de Arte Moderno albergó cuatro exposiciones individuales del artista a lo largo de su vida.



Fue líder de opinión con sus importantes aportaciones a la crítica y al desarrollo de las artes visuales en México, impulsor de nuevas generaciones y creador abierto a diferentes expresiones artísticas en las que él mismo incursionó, como el dibujo, el grabado, la acuarela, el óleo, la escultura, la ilustración, el cartel o el happening.

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