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Turismo 2017-06-23 15:18

Todos nos llamamos Juan y su nombre está en todas partes

Fiestas y tradiciones de México, 24 de junio día de San Juan



Todos nos llamamos Juan y su nombre está en todas partes

ï‚· Proveniente de España a través de la Conquista y la evangelización, la

celebración de este santo es la fiesta patronal más importante de

México: Amparo Rincón, etnohistoriadora

ï‚· El primer pueblo designado por Cortés fue San Juan de Ulúa y cerca de

200 festividades llevan su nombre

Esta festividad procedente de España y que encontró un vínculo con los dioses

prehispánicos, en particular con Tláloc, deidad de la lluvia para los antiguos

pobladores de Mesoamérica, se ha convertido en la fiesta religiosa de mayor

relevancia en nuestro país, superando el culto que se le profesa en Europa.

“San Juan Bautista es el único santo que se festeja el día de su nacimiento,

el 24 de junio, coincidiendo con el término de la primavera y la entrada del solsticio

de verano, momento que se asocia también con el inicio de las lluvias, las

siembras y la agricultura”, señala Amparo Rincón Pérez, Jefa de Arte Popular de la

Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas.

Esta penetración de su celebración en las costumbres y tradiciones de

prácticamente todos los pueblos de México, ha propiciado que su nombre sea el

que también lleven innumerables personajes de nuestra historia, como Juan

Diego, Juana de Asbaje, Juan Aldama, Juan Escutia, Juan de la Barrera… Juan

Rulfo. Así como pueblos o comunidades de nuestro país: San Juan Teotihuacán,

San Juan Ixtenco, San Juan Copala, San Juan Tetelcingo, San Juan Ixhuatepec,

entre muchos otros.

Los mitos y las leyendas de la cultura popular también se han apropiado de

este nombre: Juan charrasqueado, Juan Camaney, Juan del Diablo, Juanito, Juan

Querendón, y las canciones de la tradición popular, como Juan Colorado, Juanita

Banana, Juan Guerrero o La Rielera.

De esta manera, Juan se ha convertido en el nombre más utilizado en la

geografía nacional. ”Conozco mínimo 200 fiestas de San Juan alrededor de

nuestro país; es el santo más festejado. Por lo menos hay diez municipios en cada

estado que en su nombre llevan Juan”, resalta la también etnohistoriadora. Y

agrega: “Su nacimiento coincide con la llegada de Hernán Cortés a Veracruz. El

primer pueblo que él bautizó en México fue San Juan de Ulúa, porque

correspondía a la conmemoración del santo. Por ello, se decía que San Juan fue

quien trajo a los españoles con el agua y los llevó hasta Veracruz”.

De igual forma, hay muchas otras comunidades donde se festeja a San Juan

aunque no sea el santo patrono de la localidad, como en Tlayacapan de Morelos.

“Allí la fiesta se realiza en honor a él porque está relacionado con la lluvia, con la

agricultura, con la mitad del ciclo agrícola. Asimismo, entre los mayos de Sonora y

Sinaloa se hacen festejos a San Juan aunque no haya en sus territorios iglesias

con este nombre”.

En la Ciudad de México hay más de un mercado tradicional que se llama así,

hecho que también ocurre en otras capitales del país. La vocación a este mártir,

identificada con el agua, debido a que la historia señala que él fue quien bautizó a

Jesucristo, tiene en las hierbas el segundo elemento iconográfico de su

veneración.



Su festejo se lleva a cabo en cerca de 130 comunidades de México. “En San

Juan Chamula se le cantan las mañanitas desde muy temprano; el 24 de junio es

el único día del año en que se abre el portón de la iglesia en todo su esplendor.

Durante esta celebración se llevan a cabo muchos ritos: se varean a las plantas,

sobre todo al maíz; se les ‘juanea’, esto es que se les pega para que crezcan. A

los niños también se les pega con varas o con un lazo; ahí se dice que se les

‘sanjuanea’ para que se desarrollen”.

Sin embargo, las movilizaciones de diferentes grupos de sus comunidades,

la presencia de otros credos o la penetración cada vez más profunda de viajantes

y turistas, han hecho que la forma original de representación de esta festividad

vaya perdiéndose. “El catolicismo aglutinaba estos festejos, pero ante la invasión

de otras religiones, se ha ido abandonando el compromiso de continuar con esta

celebración, y esto es un riesgo.

“El turismo también ha penetrado y la fiesta se ha transformando. La

migración ha hecho que la gente se vaya a otros lugares y, cuando regresa a sus

comunidades para participar en sus advocaciones, llega con otras ideas”.

Por ello, es necesario que se tengan que implementar acciones que

propicien la preservación y reforzamiento de estas manifestaciones. “Sobre su

futuro veo un cambio, una aculturación. Para no perder su esencia primero debe

haber información y fortalecimiento cultural al interior de las comunidades, pero

este fortalecimiento debe ser en todos los niveles, para que los niños y jóvenes se

vayan sintiendo nuevamente orgullosos de sus raíces”, concluyó la investigadora.

EOV

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