img
Turismo 2017-06-14 19:12

La fiesta de Corpus Christi, la de mayor relevancia en Izúcar de Matamoros

La fiesta de Corpus Christi, la de mayor relevancia en Izúcar de Matamoros

ï‚· El artesano Jorge Castillo Balbuena narra cómo se vive la fiesta en la

comunidad, ubicada en la Mixteca baja poblana

ï‚· La fiesta sincrética también se conoce como el Día de las Mulitas, y se

realiza este 15 de junio



Desde tiempos inmemoriales, cada Jueves de Corpus Christi, el municipio de

Izúcar de Matamoros, Puebla, se viste de fiesta. Junto con éste, otros poblados y

comunidades de México se esfuerzan por conservar viva una tradición que fusiona

una herencia novohispana con una celebración prehispánica, en la que los

antiguos pobladores ofrecían a sus deidades sus primeras cosechas.



En Izúcar de Matamoros, la fiesta de Corpus Christi es la de mayor

relevancia. Al menos así lo expresa Jorge Castillo Balbuena, un artesano local de

más de 30 años de trayectoria, perteneciente a la quinta generación de alfareros

de la región, quien narra en entrevista que desde el siglo XVII, este municipio

enclavado en la Mixteca baja poblana se ha distinguido por mantener viva una

tradición que mezcla lo religioso con lo profano y da por resultado una festividad

de extraordinaria belleza.



“Para nosotros es la fiesta más importante del año; se prepara con mucho

tiempo de anticipación por un comité organizado por el pueblo. El Jueves de

Corpus, en punto de las 12 del día, se reúne la gente de los 14 barrios autóctonos

de Izúcar de Matamoros en el atrio de la Parroquia de Indios o Naturales, también

conocida como Templo de Santo Domingo de Guzmán, para presenciar misa”.



Cuando termina la ceremonia religiosa -- añadió Castillo Balbuena-- las

personas siguen la procesión encabezada por el sacerdote, quien lleva la custodia

del Santísimo y recorre cada uno de los altares de las cuatro esquinas del atrio.



“Donde se colocan estos altares, antiguamente había capillas-pozas que se

adornaban con flores cacalosuchil, hojas de cucharilla y árboles de la vida de barro

policromado que sostenían las ceras escamadas. Al pie de los árboles se colocaba

un sahumerio (o incensario) también de barro policromado para quemar incienso o

copal que evocara esa parte espiritual del ser humano”.



Al finalizar la procesión, el atrio se convierte en el escenario para la

presentación de danzas tradicionales como Los doce pares de Francia y Los

Tecuanes; por la noche, el pueblo se reúne para quemar toritos y juegos

pirotécnicos, narra el artesano.



La fiesta pagana comienza en la tarde, cuando concluye la misa religiosa, y

se instalan juegos mecánicos, puestos de artesanías, tanto locales como de otras

comunidades, venta de comida tradicional y se presentan espectáculos de música

y danza, en el Zócalo de Izúcar de Matamoros.



El Día de las Mulitas



Aunque en este municipio poblano se empezó a celebrar a partir del siglo XVII, hay

registros de que esta festividad se realizó por primera vez en México en 1526, con

los evangelizadores asentados en la llamada Nueva España. La fiesta fue muy

bien adoptada por los naturales porque coincidía con la celebración llamada

“primicias”, cuando los campesinos de varios lugares cercanos acudían al Templo

Mayor, sobre el cual se construyó la Catedral Metropolitana a ofrecer a sus

deidades los primeros productos agrícolas.



Consumada la Conquista y la evangelización, se continuó con la costumbre

de ofrecer los primeros productos agrícolas como ofrenda; sólo que entonces los

campesinos llevaban sus frutas y verduras en huacales, los cuales iban sujetos

sobre el lomo de mulas cargadas. Para agradecer, los campesinos acostumbraban

estrenar sus trajes de manta elaborada en telar de cintura y vestirse

elegantemente para la fiesta.



Con el tiempo se fue haciendo costumbre llamar el Día de las Mulas al

jueves de Corpus, en el que además de celebrar el Cuerpo de Cristo o el

Eucaristía, también se ofrendaba el fruto de las cosechas.



Según Aurelio González (México, 2016) en su libro México tradicional:

literatura y costumbres, hay dos leyendas que refieren el origen de las mulas: una

es del estado de Puebla, donde una mula se arrodilló ante el paso de una

procesión. Otra es la de un fiel, que al observar como los lugareños festejaban el

Día de Corpus, dijo que, si Dios existía, haría que las mulas se arrodillarán, lo cual

sucedió, esto fue interpretado como milagro.



A partir de estos dos relatos se hizo popular el festejo del Día de las Mulas.

Como agradecimiento por los alimentos y por el Cuerpo de Cristo, los artesanos

empezaron a realizar “mulitas” de palma o de hoja de maíz, cargadas con flores,

frutos y dulces, los cuales se obsequiaban entre las personas, ya sea para que la

porten en su ropa o se la lleven a sus casas, como símbolo de prosperidad.

Mas Articulos