Comunidad imaginaria “Cuerpos en fuga” trastoca las maneras habituales de relacionarnos con la gente





Ø Integrada por 11 instalaciones, la muestra se exhibirá del 20 de mayo al 6 de septiembre en Ex Teresa Arte Actual





Trastocar las maneras habituales en las que nos relacionarnos con otras personas para encontrar espacios de placer dentro del devenir cotidiano es el objetivo de la exposición Comunidad imaginaria “Cuerpos en fuga”, que estará abierta al público del 20 de mayo al 6 de septiembre en Ex Teresa Arte Actual.



La muestra está integrada por 11 instalaciones, las cuales están armadas con los registros que la artista Mirna Roldán realizó, durante más de seis años, a partir de su relación con sus amigos y familiares: Liborio, Wachi, Chatower y Charlie, “cuatro miembros de la comunidad de ‘Cuerpos en fuga’ que salen de la norma institucional”.



De acuerdo con el curador de la exhibición, David Gutiérrez, el trabajo de la creadora se enmarca en dos núcleos importantes del arte actual: por un lado, el performance, y por el otro, dentro de las discusiones del feminismo y el género.



“El trabajo de Mirna es muy particular porque, en términos de performance, el arte corporal sucede, pero se lleva a cabo en el espacio íntimo de esas relaciones familiares, y lo único que queda a la vista son los registro de esas acciones.



“Asimismo, investiga los roles de género: quiénes son los varones, cómo es la relación hombre-mujer en la familia, cuál es el deber ser de los integrantes masculinos con respecto a los femeninos y qué mecanismo se trastoca cuando inician las acciones registradas”.



Gutiérrez apuntó que la curaduría, más que un ejercicio que defienda el trabajo del artista, está basado en la idea de que el museo es un espacio de ficción: “Se trabaja con acontecimientos pasados y por lo tanto son materia de exhibición. Esta es una curaduría que intenta contarnos una historia en la que cada espectador podrá sacar sus propias conjeturas sobre esas convivencias”.



A decir de Mirna Roldán, su principal propósito “es trastocar las maneras de interacción normal entre miembros de una comunidad familiar. Esto implica romper el rol, la estética del cuerpo y el dinamismo de género para crear espacios de placer. En ese sentido, las instalaciones son vestigios, registros de este rompimiento.



“Mi intención es dar cuenta de que la vida cotidiana está llena de espacios placenteros, de gozo, desenfreno. Muchas veces el espectáculo y el entretenimiento hacen que uno deba consumir para ser feliz. Lo que intento es decir que con los objetos que tenemos cerca podemos entablar una relación diferente con los otros cuerpos sin la necesidad de comprar o establecer relaciones jerárquicas de poder.



“Tomo a mi propia familia para ejemplificar las relaciones patriarcales, que existen en casi toda la sociedad, en diferentes grados, para invitar al público a que sea consciente de cómo establece sus relaciones con el otro género”.



Cabe resaltar que en el contexto de la muestra se llevará a cabo una serie de conversatorios para investigar sobre el tema, en la que participarán activistas, investigadores, artistas e intelectuales.