Silvia Pinal y Xavier Marc leyeron fragmentos de "Esta soy yo", autobiografía de la actriz





· Dentro del ciclo de fomento a la lectura Leo…luego existo del INBA





“Esta es la primera vez que expongo mi vida en un libro escrito para ti, para mí. En él hago una recopilación de mis anécdotas, a veces graciosas, tiernas, dulces, y otras veces dolorosas. Estos recuerdos me han formado como mujer, empresaria, artista, secretaria general, asambleísta, diputada, senadora, pero sobre todo como un ser humano que ha tratado de vivir su vida sin herir a nadie”.



El anterior es un fragmento de Esta soy yo, autobiografía de Silvia Pinal, leído de viva voz por la propia actriz el domingo 27 de mayo en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, dentro del ciclo de fomento a la lectura Leo… luego existo del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).



Publicada por Editorial Porrúa, Esta soy yo describe las historias personales, aventuras, desdichas, adversidades, sueños y triunfos de Silvia Pinal, que son muestra de la forma en la que logró consolidar una interesante carrera profesional.

En la lectura en voz alta, en la cual también participó el actor Xavier Marc, Silvia Pinal habló de su familia, sus estudios de teatro en el INBA, las diversas relaciones amorosas que tuvo, sus experiencias en la industria cinematográfica y el cuadro que le pintó Diego Rivera.



Recordó que concluyó 1956 con su participación en seis películas, entre ellas Viva el amor, Dios no lo quiera y La dulce enemiga, y que ese mismo año conoció a Diego Rivera, gracias al arquitecto Manuel Rosen. “Se me antojaba mucho que Diego me hiciera un cuadro, pero ni en mis más locos sueños podía yo pagar a un artista de esa talla. Le propuse que me hiciera un cuadro y aceptó. Tuvimos conversaciones muy interesantes.



“Terminó mi cuadro en 1956, el día de mi santo. Entré a su estudio y me quedé impactada cuando lo vi. Me pareció increíble y me dijo: ‘¡Espere!’, y con su pulgar pintó la sombra sobre el lado izquierdo de mi cuadro, que resultó una sombra que hablaba mucho del estilo riveriano. Lo besaba y abrazaba cuando me regaló el cuadro con motivo de mi santo”.



Añadió que el trabajo que realizó con Luis Buñuel fue una de las más grandes experiencias de su vida: “Fue un regalo dentro de mi carrera. Conocer a Buñuel fue de lo mejor que he tenido porque yo trabajaba con directores comerciales, pero a la hora de hablar de arte no tenía mucha experiencia y de pronto apareció Buñuel, y ahí cambió mi vida y gusto. Lo recuerdo con gran agradecimiento porque me enseñó muchas cosas que no había vivido”.

Xavier Marc narró cómo, desde la época de estudiante de la intérprete, y conforme pasaba el tiempo, su sueño de ser actriz era más fuerte: “Silvia seguía estudiando bel canto. Ahí, uno de sus compañeros le sugirió que estudiara arte dramático y le recomendó que entrara al INBA, donde hizo sus pininos en la obra de teatro Sueño de una noche de verano de William Shakespeare. Estaba feliz de estar en el elenco, aunque solo era una extra en la compañía, y más de pisar un escenario como el Palacio de Bellas Artes”.