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Museos 2016-09-14 18:48

Instalación de Rubén Maya en el Museo de la Ciudad de México busca confrontar al espectador con su lado oscuro



Instalación de Rubén Maya en el Museo de la Ciudad de México busca confrontar al espectador con su lado oscuro



El montaje Psico-seres de acción onírica permanecerá en exhibición hasta el 13 de noviembre



La instalación consta de cinco dibujos y 69 personajes luminiscentes, basados en el arquetipo “sombra” de la teoría junguiana



Con su instalación Psico-seres de acción onírica, montada en el Museo de la Ciudad de México, en la Sala “Salvador Novo”, el artista mexicano Rubén Maya busca confrontar al público con su lado más oscuro a través de 69 personajes fantasmagóricos, que tienen cabeza femenina, cuerpo de toro y una mano como cola.



“Estamos acostumbrados a ver exposiciones de luces y cuadros, pero no a ver espacios oscuros con personajes extraños fluorescentes, esto genera un sentido de extrañeza y, por lo tanto, de confrontación contigo mismo”, expresó Maya durante la inauguración, que se llevó a cabo la noche de este martes 13 de septiembre.



Para la apertura, Rubén Maya y Julio César Ponce ofrecieron un performance sonoro de mantras tibetanos ante la presencia de Alejandro Salafranca, Coordinador de Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural de la Secretaría de Cultura capitalina; José María Espinasa, Director del Museo de la Ciudad, y Luisa Barrios, curadora de la muestra, y cientos de jóvenes asistentes.



“Rubén Maya nos revela su subconsciente en una instalación a través de imágenes visuales y sonoras de personajes espectrales, que surgen de una profusa exploración de la teoría del sueño y de la experimentación, así como de la práctica de disciplinas filosóficas orientales”, comentó Luisa Barrios.



De acuerdo con Rubén Maya, Doctor en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, la parte conceptual del proyecto proviene de una reflexión de la teoría junguiana, del arquetipo de la sombra psíquica que todos llevamos dentro y no siempre la sacamos, que tiene que ver con la soledad, la angustia, la parte difícil de la cotidianidad.



Añadió que la pintura fluorescente representa la parte luminosa del ser que cubre o guarda aquellas sombras.



La instalación consta de cinco dibujos que son la representación humana de la sombra, más 69 personajes, que son mezcla del ser femenino y masculino, con una mano como cola, lo cual significa la reconstrucción del pasado, aquellas cosas que no están resueltas aún.



José María Espinasa señaló que la instalación es una experiencia estética y trasformadora —que crea bajo la luz negra—, un espacio de meditación y contemplación entre seres deformes, ángeles y demonios.



“Siempre he pensado que la manera de entender lo que llamamos instalación, desde hace 20 años, es la de trasformar un determinado espacio en algo habitable por la condición onírica y fantástica de la creación”, compartió Espinasa.



Señaló que la Sala “Salvador Novo” se ha vuelto un “gabinete experimental” donde el público ha podido disfrutar recientemente de la obra pictórica Diluvios, de Luis Argudín —instalada a manera de pinacoteca del siglo XIX— y el trazo de Jazzamoart, con su mural El antro de las mil ventanas, que pintó en homenaje a Joaquín Clausell.



Por último, Rubén Maya, quien ha realizado 80 exposiciones individuales y más de 200 colectivas a nivel nacional e internacional, agradeció a la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México (SCCDMX) por abrirle las puertas del museo para mostrar por primera vez su obra.



Rubén Maya es Licenciado en Artes Visuales por la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Estudió la Maestría en Grabado en la Academia de San Carlos (UNAM) y obtuvo el grado de Doctor en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, España.



Su obra pictórica, gráfica y de instalación, la ha desarrollado abordando la confrontación de la sombra psíquica de personajes y elementos simbólicos con un marcado carácter metafórico.



En su trabajo, destaca el uso alegórico de la imagen para reconstruir historias desde la esencia del cuerpo representado. Con su obra in situ crea atmósferas sonoras con cantos intencionados utilizados a manera de complemento en cada proyecto.



Ha obtenido ocho premios nacionales y cuatro internacionales, así como preseas, becas y residencias artísticas, como los primeros lugares en la VI y IX Bienal Nacional Diego Rivera (1992 y 2001), en la VI Bienal Interamericana de Grafika (2006), en la Bienal Nacional de Gráfica (1989), en el X Encuentro Nacional de Arte Joven (1990) y en la I Bienal Nacional J.C. Orozco (1991).



Psico-seres de acción onírica permanecerá abierta al público hasta el 13 de noviembre en el Museo de la Ciudad de México, recinto que se ubica en Pino Suárez 30, Centro Histórico.



La cartelera completa de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México está en http://www.cultura.cdmx.gob.mx/ y en redes sociales a través de @CulturaCDMX, con los hashtags #SomosCultura y #SoyCultura.

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