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Noticias 2016-08-20 18:26

Concluye Foro Internacional “La periferia como Patrimonio Cultural Urbano” en Faro de Oriente



Concluye Foro Internacional “La periferia como Patrimonio Cultural Urbano” en Faro de Oriente



Finalizó este viernes el encuentro en torno a mecanismos de gestión y valoración del patrimonio cultural de los barrios periféricos de la Ciudad de México, que celebraron la Oficina en México de la UNESCO y SEDESO, los días 17, 18 y 19 de agosto



La clausura estuvo encabezada por Nuria Sanz, Directora y Representante de la UNESCO en México, en compañía de Eduardo Vázquez Martín, Secretario de Cultura de la Ciudad de México



Con el resultado en torno a la reflexión de mecanismos de gestión y valoración del patrimonio cultural de los barrios periféricos de la Ciudad de México, finalizó el Foro Internacional “La periferia como Patrimonio Cultural Urbano” que celebraron la Oficina en México de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y la Secretaría de Desarrollo Social de la Ciudad de México (SEDESO), los días 17, 18 y 19 de agosto.



La cita fue en la Fábrica de Artes y Oficios (Faro) de Oriente, un ejemplo de trascendencia cultural realizada desde la periferia, que atiende necesidades específicas de los habitantes y aporta al entendimiento de la Ciudad. La clausura del Foro estuvo encabezada por Nuria Sanz, Directora y Representante de la UNESCO en México, en compañía de Eduardo Vázquez Martín, Secretario de Cultura de la Ciudad de México.



Después de dos días de actividades en la Universidad Iberoamericana y Parque Ecoturístico Chinampero Michmani, Xochimilco —que incluyeron cinco mesas redondas, talleres temáticos y una sesión plenaria de discusión de documentos a modo de conclusiones—, este viernes se desarrolló el último día de actividades con la asistencia de connotados expertos en urbanismo, antropología, arquitectura e ingeniería ambiental.



Ethel Baraona (El Salvador), Felipe Delmont (Venezuela), Gustavo Lins (Brasil), Tiago Mota (Portugal), Roberta Nicchia (Italia), Pedro Ortiz (México), Ángel Panero (España), Jacqueline Priego (Reino Unido) y Federico José Restrepo (Colombia), cada uno desde su área de conocimiento y experiencia, aportaron a la discusión para definir cómo y por qué la periferia puede ser considerada como patrimonio cultural, y formularon recomendaciones para crear un observatorio de política social en el marco de la redacción de la nueva Constitución de la Ciudad de México.



“Para nosotros la periferia parte de un sustrato histórico —cualquiera que sea su tiempo, lejano o cercano—, de aprendizaje social y aprendizaje cultural. La periferia no debería ser una limitación u objeto de división en propósitos de desarrollo; más bien hay que acercarse a ella para saber cómo cumplir las nuevas metas de las Organización de las Naciones Unidas”, comentó la representante de la UNESCO en la clausura.



“Participación sí, pero con financiamiento; participación sí, pero con respeto”, fueron las palabras de Nuria Sanz al hablar de la colaboración de la UNESCO para fomentar el bienestar social en zonas periféricas, la cual propone incluir la opinión de todos a través de una “observación activa participante y un ejercicio de diplomacia cultural para entender cada uno de los contextos”.



Para utilizar hasta sus máximas posibilidades el marco de la firma de convenio con el Gobierno de la Ciudad de México, la representante de la UNESCO consideró importante “avanzar desde la periferia y el desarrollo social; desde la territorialidad de patrimonio mundial con todo lo que tiene que ver y significa aplicar los indicadores de cultura y desarrollo a la gran urbe”.



Por otra parte, el Secretario de Cultura capitalino Eduardo Vázquez Martín, calificó las aportaciones de la UNESCO como críticas, reflexivas y coherentes con la agenda conjunta con el Gobierno de la Ciudad, ligada a los problemas fundamentales de la misma, y entretejida con las instituciones públicas y las organizaciones civiles. Aseguró, se trata de una visión externa que es en sí misma un observatorio de lo que está debatiendo la ciudad.



“El patrimonio está en los monumentos, en las zonas históricas y en los espacios híbridos donde lo rural y lo urbano pelean cada día en metros cuadrados; donde se miran las culturas de migrantes y donde más rápido se transforma la ciudad”, consideró sobre las zonas periféricas, donde “el poder creativo y la fuerza social, muchas veces sin el apoyo de los órdenes de gobierno, construyen ciudad”, reconoció, al celebrar que estas mesas justamente se desarrollaran en el Faro de Oriente, cuyas instalaciones fueron visitadas por los conferencistas, como un ejemplo de política inclusiva de referencia para la Ciudad de México.



Por ello, abandonar el lenguaje de lo irregular, de lo informal y de la autoconstrucción con una connotación denigrante y sin valor resulta indispensable para superar la noción de sometimiento cultural de unos sobre otros porque “sí, vivimos en una ciudad multicultural, pero pocas veces decimos que esa diversidad es asimétrica y requiere intervención pública y social… Ese catálogo de derechos estamos construyendo para el Constituyente”, concluyó.



A manera de borrador preliminar que posteriormente servirá para aportar recomendaciones a la Ciudad de México en cuanto al tema, los resultados contemplan a la cultura como un motor indispensable para el desarrollo social, especialmente importante al tratar las condiciones y necesidades específicas de los habitantes en la zona conurbada.



Asimismo, los ponentes enfatizaron la necesidad de ubicar y establecer esquemas de coherencia territorial, garantizar acceso y calidad de servicios a los habitantes, así como de movilidad entre el centro y la periferia; estos fueron sólo parte de los comentarios expuestos en Faro de Oriente orientados a construir nuevas nociones para la integración social a partir de un diálogo transversal y el uso democrático de la ciudad.



Para la Organización de las Naciones Unidas, las apuestas por el desarrollo sostenible deben contemplar el derecho a la ciudad como uno de sus cimientos, y al paisaje urbano —entendido como un entramado multidimensional que implica lo físico, lo cultural, lo ambiental, lo humano—, como el andamiaje sobre el que transcurre la vida en sociedad, tal como ha quedado plasmado ya en diversos lineamientos de política internacional, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) trazados por la UNESCO en el 2015, en función del cumplimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo.

Así, frente a los retos que enfrentan las ciudades y, en el marco de su creciente importancia para el desarrollo sostenible, las Naciones Unidas consideran como una tarea global, de primer orden, ubicar, estudiar, visibilizar y compartir aquellas experiencias que desde la comunidad y la cultura están generando alternativas económicas y sociales en los barrios urbanos marginales.

Al responder a su mandato en materia de Ciencias, Cultura, Educación y Comunicación, la UNESCO considera este proceso como la conformación de un andamiaje que reconstruye el tejido social a través del conocimiento compartido: un patrimonio cultural inmaterial y material como capital social que permite afrontar colectivamente los retos del siglo XXI, el más urbano de nuestra historia.

La iniciativa del Foro Internacional La periferia como Patrimonio Cultural Urbano se inscribió dentro de los proyectos de cooperación que la UNESCO y la SEDESO acordaron el pasado 12 de mayo del presente año, mediante la firma del Convenio de Colaboración en materia Educativa, Cultural y Científica.

De igual manera, la organización internacional y la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México presentaron en fechas recientes cuatro proyectos de cooperación enfocados al diagnóstico, estudio, preservación y divulgación del patrimonio cultural de la capital.

Para conocer más sobre la política cultural enfocada al patrimonio, visite http://www.cultura.cdmx.gob.mx/storage/app/uploads/public/576/ae1/ee2/576ae1ee20141397991306.pdf

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