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museos 2015-04-25 13:30

Propone Emma Yanes Rizo seguir conservando la estación de ferrocarril de Puebla como Museo Nacional

Coedición Conaculta-INAH

Propone Emma Yanes Rizo seguir conservando la estación de ferrocarril de Puebla como Museo Nacional

Presenta la autora su más reciente obra, De Estación a

Museo

Aborda la dinámica social y la dinámica de la cultura obrera

Poco más de un siglo de historia de los ferrocarriles cuenta la

investigadora Emma Yanes Rizo en su más reciente obra De Estación

a Museo, ejemplar coeditado pon la Dirección General de

Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes

(Conaculta), donde aborda el tema de la estación del Ferrocarril

Mexicano en Puebla, estratégica en ese entonces.

Este ejemplar se presentó en la Dirección de Estudios Históricos

del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), donde Emma

Yanes Rizo indicó que se podría decir que el siglo de los ferrocarriles

ya se está volviendo historia, especialmente en el sentido de trenes de

pasajeros.

Para Yanes Rizo, escribir sobre ferrocarriles es como meterse en

los sueños de otros, eso es lo que fue el ferrocarril, sueños de todos

tipos: “Lo que intento hacer en el libro es entretejer cada uno de estos

sueños con el nuevo sueño actual que es seguir conservando la

estación de Puebla como sede del Museo Nacional de los

Ferrocarriles Mexicanos”, mencionó.

La estación se vuelve importante porque fue un punto de

encuentro político: la inauguró Benito Juárez, y se convirtió en un

triunfo político y al mismo tiempo de diálogo social. A pesar de ser un

edificio aparentemente sencillo, en proporción a las iglesias y los



edificios barrocos que hay en Puebla, pasa a la historia por ser un eje

de la vida social y política.

El volumen contempla estas dos dinámicas, la dinámica social

hacia la ciudad y el encanto del diálogo de pasajeros, así como la

dinámica de la cultura obrera que se genera de las vías y los talleres,

que provocó una cultura del trabajo, en la que sus protagonistas

sueñan con lograr la mexicanización del personal, agregó la también

historiadora.

También es muy atractivo el otro lado de la estación, es decir el

mundo de la vía y los talleres, que es poco conocido en las crónicas

del siglo XIX pero que implica otro diálogo social, en el ámbito del

trabajo, actualmente rescatado por el museo con una serie de

exhibiciones de las locomotoras, de máquinas y herramientas.

Por su parte, José Joaquín Blanco, cronista, dramaturgo,

ensayista, narrador y poeta, comentó: “Es muy curioso cómo se

empalma la historia de México, la historia tradicional profunda con esta

especie de crónica o de novela que cuenta Emma, por ejemplo, uno se

pregunta si al principio alguna vez de veras se pensó que fueran

rentables los ferrocarriles”.

Mientras en México se requeriría de subsidios y se escribe una

larga historia sobre el financiamiento de los ferrocarriles, sus repetidas

privatizaciones, nacionalizaciones y deudas eternas, rescates que

terminan en el desastre modernista rodante, mientras se gestaba una

apuesta por las autopistas y los coches, en Europa y Estados Unidos

siguieron teniendo ferrocarriles, sólo México decidió desmontar su

sistema.

En su oportunidad, María Teresa Márquez, directora del Museo

Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos, expresó que para el museo y

para el Centro Nacional para la Preservación del Patrimonio Cultural

Ferrocarrilero ha sido un trabajo icónico, que aborda el estudio de las

estaciones, y da claridad del valor de esa infraestructura ferroviaria,

que no es sólo un sencillo edificio, sino complejos que encierran

infraestructura, tecnología, trabajo y servicio al público.


GVG

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